
Trastornos de conducta en niños y adolescentes
Todos los niños se comportan mal algunas veces. Y otros niños pueden tener problemas de comportamiento temporales debido al estrés. Por ejemplo, el nacimiento de un hermanito, divorcio o la muerte de un miembro de la familia puede hacer que el niño se comporte mal. Pero los trastornos de la conducta son más serios. Abarcan un patrón de conductas hostiles, agresivas o perturbadoras que duran varios meses y que no son apropiados para la edad del niño.
¿En qué consisten?
Entre los trastornos de conducta más frecuentes se encuentran:
Trastorno disocial: Se caracteriza por un conjunto de comportamientos que violan los derechos de otras personas, las normas y las reglas adecuadas para la edad como:
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Dañar o amenazar a otras personas, mascotas o a sí mismos
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Dañar o destruir las pertenencias ajenas
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Mentir o robar
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Irse “de pinta” y no asistir a clases.
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Salir de la casa sin permiso
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No respetar normas
Trastorno negativista desafiante: Se caracteriza por un patrón recurrente de conductas no cooperativas, desafiantes, negativas, irritables y hostiles hacia los padres, profesores, compañeros y otras figuras de autoridad, algunos síntomas son:
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Hacer berrinches y discusiones frecuentes
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Hostilidad constante hacia padres y maestros.
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Enojo cuando se le dan indicaciones
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Actitud retadora a los adultos
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Mostrarse rencoroso y vengativo
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Culpar a otros de sus actos.
A diferencia del trastorno disocial no hay violaciones a las leyes ni a los derechos básicos de los demás
No es necesario que se presenten todos los síntomas para hacer un diagnóstico de Trastorno disocial o negativista desafiante.
¿Cómo se tratan?
Es importante la evaluación por un profesional en estos trastornos debido a que podrían acompañarse de otros problemas como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, depresión, ansiedad y uso de drogas ; por lo que en estos casos suele necesitarse un tratamiento médico.
La psicoterapia individual puede contribuir a que el paciente aumente su capacidad para resolver sus problemas, habilidades de comunicación, control de la ira y de sus impulsos.
La psicoterapia familiar tiene como objetivo la introducción de cambios en la familia, como por ejemplo, mejorar la capacidad de comunicación y fomentar la interacción entre los miembros de la familia, así como establecer límites y roles más definidos entre sus integrantes.